NOTAS PUNTUALES PARA USO PROPIO (escritas en un cuaderno azul, incluyen fecha, pero no pertenecen a ningún Diario)


Estoy leyendo tres libros a la vez, uno de Shepard, otro de Nabokov y otro más de Bachmann; lo último que leí, fue de Louÿs (el Manual y los Diálogos, omito reseña, cada cual su propia opinión), pero, por encima de todo, Danielewski (quien se atreva, claro está).

Tengo pendiente de escribir dos novelas y tres poemarios, no conozco a ninguno de los vecinos que el padrón de Rivas me ha asignado en este edificio que habito y me gustan las comas, pero quisiera desterrarlas de mi vida porque la hacen continua, alargada y flemática.

Me acuerdo de mi infancia en la misma medida que trato de olvidarla, aunque ya me han advertido de que con el paso del tiempo será al revés: el pasado más antiguo perdurará sobre un presente que será incapaz de fijarse en la memoria.

Menuda gracia.

Ayer se estropeó el cierre de la ventana y estuve intentando arreglarlo durante más de una hora, me agoté, las malas posturas, el desconocimiento mínimo y máximo de las leyes de cerrajería, reflexión y entendimiento mostrándose inútiles ante la realidad de un agarrador que, inmóvil e inalterable a mis esfuerzos, se negaba a ser manipulado, al final, llevado de un arrebato literario creí ver en todo ello la mano de un Destino que, jugando a ser escritor, me mandaba una burda metáfora y me decía al oído que lo que ocurre fuera de mi casa, la famosa Realidad, terminará por colarse y enredarme hasta demostrarme inútil e incompetente para interpretarla.

Menos mal que siempre hay un número de teléfono que te salva, que preserva la temperatura de tu hogar ante la inclemencia de lo que el viento acumula ante tu ventana y que termina por devolver paz y serenidad al telediario.

Amén.

Después de constatar mi incapacidad para eliminar las comas, decido que, por hoy, ya vale, a fin de cuentas, solo se trata de terapia sintáctica y gramatical.

Así sea.

01/04/2024

(Cuadro de cabecera: Portada para un Cuento suprematista sobre dos cuadrados en seis construcciones, de 1922, Autor, El Lissitzky)


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